boker
25/11/2011, 15:38
La Dirección General de Tráfico tiene previsto instalar un radar de tramo en la A-4 a su paso por Despeñaperros. En el nuevo trazado de Despeñaperros. En principio, en dirección Madrid, aunque aún no se ha cerrado la posibilidad de que haya otro para el sentido Sevilla. Actualmente en España sólo funcionan dos de estos dispositivos, uno en la A-6 en Madrid (túnel de Guadarrama) y otro en la A-7 (Torrox, Málaga).
La DGT, a través de su órgano de comunicación Tráfico, informa de cómo funcionan estos dispositivos, que en sentido estricto no son radares sino cámaras sincronizadas: varias cámaras graban de forma continua a todos los vehículos, a la entrada y salida del tramo. Las cámaras están sincronizadas por fibra óptica y a través de satélite para que sus relojes marquen la misma hora. Con los datos almacenados, un ordenador 'casa' las matrículas iguales, comprueba los tiempos de paso de cada vehículo y calcula su velocidad media. Al que se pase de la velocidad establecida para ese tramo, multa al canto.
«Ya no se trata de que en momento dado un conductor haya pisado el acelerador más de la cuenta y haya rebasado el límite de velocidad en un momento puntual, sino de que a lo largo de todo el tramo se haya conducido correctamente», dice el jefe provincial de Tráfico, Juan Diego Ramírez.
El viejo trazado de Despeñaperros, uno de los tramos más peligrosos de toda España con una terrible leyenda negra, había exigido medidas drásticas para acabar con los continuos accidentes en la curvas: cinco radares fijos en apenas diez kilómetros, señales luminosas, bandas sonoras... El objetivo era mantener a los conductores a menos de 50 por hora en buena parte del trazado. En 2010 el tramo de Santa Elena abandonó al fin la lista de carreteras mortales, tras muchos meses sin siniestros con fallecidos. En otoño se inauguró el nuevo trazado de la autovía. Una sucesión de túneles y puentes. Adiós a la curvas. «Ahora el problema es que está tan bien que se corre demasiado», ha explicado el jefe provincial. La solución ideal pasa por un radar de tramo.
Además, la DGT tiene previsto instalar otros dos radares fijos en la provincia de Jaén, cuya ubicación aún está por determinar. «Hay varias posibilidades y las ubicaciones finales dependerán de la viabilidad técnica de cada opción», ha dicho Juan Diego Ramírez.
Pero podría haber aún más radares 'nuevos en carreteras' de la provincia este mismo año. En sentido Madrid en la A-4 en Despeñaperros hay funcionando tres radares fijos (en los puntos kilométrico 245.250, 247.600 y 256.600). Cuando esté acabado el nuevo trazado y operativo el nuevo radar de tramo ya no serán necesarios. «Hemos conseguido que esos radares se queden en la provincia de Jaén», apunta Ramírez. Así que se podrán ubicar en otros puntos en los que hay accidentes causados por velocidad.
Fuente: Ideal ([Only registered and activated users can see links])
La DGT, a través de su órgano de comunicación Tráfico, informa de cómo funcionan estos dispositivos, que en sentido estricto no son radares sino cámaras sincronizadas: varias cámaras graban de forma continua a todos los vehículos, a la entrada y salida del tramo. Las cámaras están sincronizadas por fibra óptica y a través de satélite para que sus relojes marquen la misma hora. Con los datos almacenados, un ordenador 'casa' las matrículas iguales, comprueba los tiempos de paso de cada vehículo y calcula su velocidad media. Al que se pase de la velocidad establecida para ese tramo, multa al canto.
«Ya no se trata de que en momento dado un conductor haya pisado el acelerador más de la cuenta y haya rebasado el límite de velocidad en un momento puntual, sino de que a lo largo de todo el tramo se haya conducido correctamente», dice el jefe provincial de Tráfico, Juan Diego Ramírez.
El viejo trazado de Despeñaperros, uno de los tramos más peligrosos de toda España con una terrible leyenda negra, había exigido medidas drásticas para acabar con los continuos accidentes en la curvas: cinco radares fijos en apenas diez kilómetros, señales luminosas, bandas sonoras... El objetivo era mantener a los conductores a menos de 50 por hora en buena parte del trazado. En 2010 el tramo de Santa Elena abandonó al fin la lista de carreteras mortales, tras muchos meses sin siniestros con fallecidos. En otoño se inauguró el nuevo trazado de la autovía. Una sucesión de túneles y puentes. Adiós a la curvas. «Ahora el problema es que está tan bien que se corre demasiado», ha explicado el jefe provincial. La solución ideal pasa por un radar de tramo.
Además, la DGT tiene previsto instalar otros dos radares fijos en la provincia de Jaén, cuya ubicación aún está por determinar. «Hay varias posibilidades y las ubicaciones finales dependerán de la viabilidad técnica de cada opción», ha dicho Juan Diego Ramírez.
Pero podría haber aún más radares 'nuevos en carreteras' de la provincia este mismo año. En sentido Madrid en la A-4 en Despeñaperros hay funcionando tres radares fijos (en los puntos kilométrico 245.250, 247.600 y 256.600). Cuando esté acabado el nuevo trazado y operativo el nuevo radar de tramo ya no serán necesarios. «Hemos conseguido que esos radares se queden en la provincia de Jaén», apunta Ramírez. Así que se podrán ubicar en otros puntos en los que hay accidentes causados por velocidad.
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