boker
21/10/2009, 11:44
El vecino de Bilbao y autónomo de profesión, Paco de la Fuente, inició este mes una particular campaña para demostrar que respetar los límites de velocidad fijados por las autoridades en determinados puntos de la ciudad, con límites máximos de 30 km/h, es "absurdo" y además provoca problemas en la circulación. Como contrapartida, exigió "más Educación vial" y "menos represión".
Con treinta años de experiencia al volante y ningún accidente en su haber, este profesional decidió a principios de este mes circular a una media de 20-25 km/h en avenidas de Bilbao que tienen una limitación máxima de 30 km/h. Según alegó, ese límite es el máximo permitido en ese tramo por lo que nada le impide ir por debajo de esa velocidad.
Explicó que, como consecuencia de esta actitud, ha recibido "pitadas e insultos de todo tipo" tanto de "coches particulares como de los autobuses". "Hay gente con mucha paciencia que ves que van detrás a disgusto y no te insultan, pero hay otros que no se cortan y te llaman cualquier cosa", señaló.
Hace poco incluso le paró una patrulla de la Policía Municipal para preguntarle "por qué iba tan despacio" en un momento en que, según su navegador, "iba exactamente a 22 km/h". "No tenía a nadie por delante, por lo que podía ir más deprisa, pero sí tenía detrás bastantes coches aguantando mi velocidad, entre ellos la Policía Municipal", explicó.
Según prosiguió, vio que la patrulla hizo "varios intentos de asomar el morro" y se pusieron "a su lado". Tras preguntarle "por qué iba tan despacio" este conductor bilbaíno les dijo que porque en esa vía la velocidad estaba "limitada a treinta". Fue cuando, según relató, los agentes le obligaron a detenerse unos metros más adelante para pedirle la documentación y comprobar si llevaba todo en regla con el objeto, según él, de "denunciarle" porque "no les sentó bien la respuesta". "Esa actitud me parece un poco abuso de su poder", afirmó. Como tenía todos los papeles en regla no pudieron multarle aunque se fueron "con algo de impotencia en ese sentido".
Alegó que su campaña no es una "cruzada" ni un "desafío a la autoridad" y negó que tenga "ninguna guerra con la Policía Municipal" de Bilbao. Por contra, opinó que hay "un gran estrés con todas las normativas de tráfico actuales".
«Nadie cumple los límites»
En la avenida de Zumalacárregui, una importante vía de entrada al centro de Bilbao, demostró in situ cómo si reducía la velocidad a 30 km/h el autobús que en ese momento circulaba detrás "le come" o acaba por adelantarle. Afirmó que estos límites son "absurdos" porque "nadie los cumple".
"La gente ha optado por una solución intermedia que es decir que cuando me vigilan cumplo y cuando no me vigilan no cumplo", indicó. Extendió esta situación a las autopistas donde los conductores van "a una media de 140" km/h, una velocidad que a él "le parece adecuada".
Consideró que mantener los límites establecidos "cuesta mucho" y que circular a 30 km/h en vías como el Campo Volatín o la avenida de Zumalacárregi en Bilbao es "complicado". "Los coches sufren mucho, la maniobrabilidad es muy mala y encima tiendes a distraerte".
Por último, abogó por "más educación vial" y "menos represión". "Falta que la administración se implique en más educación vial y no tanta represión -añadió- "dicen que no es para recaudar pero lo que la gente ve es que acaban recaudando".
Fuente: ABC.es ([Only registered and activated users can see links])
Con treinta años de experiencia al volante y ningún accidente en su haber, este profesional decidió a principios de este mes circular a una media de 20-25 km/h en avenidas de Bilbao que tienen una limitación máxima de 30 km/h. Según alegó, ese límite es el máximo permitido en ese tramo por lo que nada le impide ir por debajo de esa velocidad.
Explicó que, como consecuencia de esta actitud, ha recibido "pitadas e insultos de todo tipo" tanto de "coches particulares como de los autobuses". "Hay gente con mucha paciencia que ves que van detrás a disgusto y no te insultan, pero hay otros que no se cortan y te llaman cualquier cosa", señaló.
Hace poco incluso le paró una patrulla de la Policía Municipal para preguntarle "por qué iba tan despacio" en un momento en que, según su navegador, "iba exactamente a 22 km/h". "No tenía a nadie por delante, por lo que podía ir más deprisa, pero sí tenía detrás bastantes coches aguantando mi velocidad, entre ellos la Policía Municipal", explicó.
Según prosiguió, vio que la patrulla hizo "varios intentos de asomar el morro" y se pusieron "a su lado". Tras preguntarle "por qué iba tan despacio" este conductor bilbaíno les dijo que porque en esa vía la velocidad estaba "limitada a treinta". Fue cuando, según relató, los agentes le obligaron a detenerse unos metros más adelante para pedirle la documentación y comprobar si llevaba todo en regla con el objeto, según él, de "denunciarle" porque "no les sentó bien la respuesta". "Esa actitud me parece un poco abuso de su poder", afirmó. Como tenía todos los papeles en regla no pudieron multarle aunque se fueron "con algo de impotencia en ese sentido".
Alegó que su campaña no es una "cruzada" ni un "desafío a la autoridad" y negó que tenga "ninguna guerra con la Policía Municipal" de Bilbao. Por contra, opinó que hay "un gran estrés con todas las normativas de tráfico actuales".
«Nadie cumple los límites»
En la avenida de Zumalacárregui, una importante vía de entrada al centro de Bilbao, demostró in situ cómo si reducía la velocidad a 30 km/h el autobús que en ese momento circulaba detrás "le come" o acaba por adelantarle. Afirmó que estos límites son "absurdos" porque "nadie los cumple".
"La gente ha optado por una solución intermedia que es decir que cuando me vigilan cumplo y cuando no me vigilan no cumplo", indicó. Extendió esta situación a las autopistas donde los conductores van "a una media de 140" km/h, una velocidad que a él "le parece adecuada".
Consideró que mantener los límites establecidos "cuesta mucho" y que circular a 30 km/h en vías como el Campo Volatín o la avenida de Zumalacárregi en Bilbao es "complicado". "Los coches sufren mucho, la maniobrabilidad es muy mala y encima tiendes a distraerte".
Por último, abogó por "más educación vial" y "menos represión". "Falta que la administración se implique en más educación vial y no tanta represión -añadió- "dicen que no es para recaudar pero lo que la gente ve es que acaban recaudando".
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