El impuesto de transmisiones patrimoniales para vehículos en las Baleares se vuelve..
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El impuesto de transmisiones patrimoniales para vehículos en las Baleares se vuelve imposible
Hasta ahora, cuando te comprabas un coche usado con un buen puñado de años (por ejemplo, un clásico, o un coche con 15 años justo tras sacarte el carnet de conducir), era muy probable que te librases de pagar grandes cantidades en cuestión de impuesto de transmisiones patrimoniales.
Y es que el impuesto tenía que ver con el valor del vehículo y coeficientes en función de la edad del mismo. Es decir, pagabas una cifra relativamente proporcionada a lo que pagabas en efectivo por el coche. Lógico, ¿no?
El problema es que a alguien en las Islas Baleares se le ha ocurrido la maravillosa idea de que eso era recaudar demasiado poco, y alentar demasiado a la compraventa de vehículos de alta cilindrada con más de tres años de vida. Así que desde este 1 de enero tienen en vigor un nuevo formato que nos ha dejado sorprendidos.
Ahora, los coches matriculados antes del 1 de enero de 2011 pagarán un impuesto de transmisiones patrimoniales fijo en función de su cilindrada, obviando la edad del vehículo y su cotización real en el mercado de usados:
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Gracias a esta normativa, coches de alta cilindrada y alta depreciación en el mercado de segunda mano, como por ejemplo un Hyundai Coupe 2,7 V6 del 2003, con cotizaciones sobre los 3.000€, tendrían que pagar impuestos por valor de 1.280€, cuando hasta ahora apenas pagaban nada. ¿Moraleja? Si te compras un Hyundai de este tipo, tendrás que acabar gastándote, con el cambio de nombre e impuestos incluidos, unos 4.500€ en total, de los que un 33% irá a manos de la hacienda balear.
Pero el despropósito va mucho más allá, ya que, como nos comentaba Francisco, que es quien nos ha puesto al tanto de esta noticia, ahora un Ibiza SDI de los años noventa atmosférico de dos litros pagará 380€ de impuestos, mientras un moderno León 1,4 turbo de mayor valor, comercializado en 2010, sólo tendrá que pagar 180€ de impuestos.
Lo lógico, a todas luces, sería pagar un impuesto porcentual sobre el precio de la transacción real. El problema es que el Estado, para protegerse de la picaresca en forma de compraventas declaradas a valores inferiores al pago real, ha venido empleando desde hace años tablas tabuladas de datos de valores venales de los vehículos.
La excusa de Baleares es que con este nuevo formato de tablas se penaliza que los coches de altas emisiones sigan cambiando de manos una y otra vez, animando a la gente a comprar algo nuevo o de menor cilindrada porque, supuestamente, emite menos contaminantes. Dado que no hay datos tabulados de emisiones para vehículos anteriores a 2011 homologados, han optado por esta alternativa.
¿Tiene sentido penalizar, a favor del erario público, el cambio de manos continuado de un vehículo a lo largo de su vida útil a razón de su cilindrada? Está claro que va a lograr recaudar más y sacar de la circulación a viejas glorias de alta cilindrada... y si funciona para Baleares, es más que probable que otras Comunidades intenten copiar la norma para sí.
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