Audi Sound Concept o cómo convertir un Q7 en una sala de conciertos
La investigación y el desarrollo de nuevas funcionalidades sigue por detrás de los vehículos, sin ella no tendríamos los coches tan completos que tenemos ahora. Aspectos como la seguridad y el diseño se alzan por encima del resto aunque las marcas se esfuerzan por asegurar un confort de salón en los coches e incluso una sonoridad digna de una sala de estudio.
Por ese último camino va el último trabajo de investigación, o de inversión según se mire, de Audi. Los de Ingolstadt se han juntado con los especialistas en sonido Bang & Olufsen y Bose además de con el Institute of Digital Media Technology para desarrollar un prototipo del Audi Q7 donde el sonido es el principal protagonista. Para entrar en materia el gran SUV se ha visto rodeado de nada menos que 62 altavoces, lo que diría así de memoria que es casi un récord (al menos en el Q7).
La inspiración para crear tan magnífico conjunto de altavoces rodante está en el Linden Lichtspiele de Ilmenau, Alemania. Esta sala de cine y de teatro cuenta con nada menos que 192 altavoces configurados expresamente según la idea de que “una onda de sonido puede ser recreada mediante multitud de pequeñas fuentes de sonido situadas muy próximas entre sí a lo largo del frente de onda“.
Traducida a palabras más sencillas, “la unión hace la fuerza”. De la misma forma el Audi Sound Concept incorpora esos 62 altavoces repartidos de una singular manera: cinco tweeters, con tres de ellos situados en la base del parabrisas, 52 altavoces de onda media rodeando completamente la cabina del Q7, cuatro woofers de bajos montados en las puertas y un gran subwoofer de 12” situado en el maletero.
En el interior de prototipo se encuentran los altavoces perfectamente tapizados y, entre otros equipos de prueba, sendos maniquíes equipados con sensores, intuyo que para simular la estimulación del cuerpo humano ante el sonido. Por cierto las pruebas del prototipo las han realizado principalmente en el laboratorio de sonido de 10 millones de euros que Audi tiene en su sede central de Ingolstadt.
Este Q7 no es más que una carrocería real sobre la que probar y desarrollar un nuevo sistema de sonido de alta definición, ni más ni menos. Tal y como está desarrollado no se pondría a la venta, entre otras razones porque el maletero ha perdido toda su funcionalidad al estar ocupado por el subwoofer, tres ordenadores y un montón de cables (algo inaceptable en el mundo real).
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