En una rotonta tienes que ir con mil ojos y adelantarte siempre a la jugada. Aquí cada uno toma la rotonda como quiere pero lo peor no es eso, lo peor es que todos quieren tener razón y nadie levanta el pie.
Al final lo mejor es lo que has hecho tú, ves la jugada, te das una vuelta más y aunque pierdes un poco de tiempo, evitas un accidente. Lo malo es para el señor mayor que como en la siguiente rotonda se cruce con otro como él... golpe asegurado.