Jorge Pardo, vecino de la localidad valenciana de Ribarroja del Turia, aún no da crédito de lo sucedido. A pesar de tener todos los papeles en regla, ha sido sancionado duramente por no someterse al control de emisiones de ruido que su comunidad autónoma exige

En su tarjeta de la I.T.V., sellada en Motilla de Palancar (Cuenca), ni siquiera figura esta prueba de control de emisiones de ruido y a Pardo tampoco le advirtieron de ello durante la inspección. Sin embargo, según informa El Mundo, esta prueba adicional es obligatoria en la Comunidad Valenciana y sólo en las ITV de esta región se pueden realizar.
Esta es la curiosa manera que ha encontrado la Generalitat Valenciana de lograr que todos sus contribuyentes tengan que pasar la Inspección Técnica dentro de su territorio, donde resulta mucho caro hacerlo que en Castilla La-Mancha. El resto de vehículos, con permiso de circulación en otra autonomía no están obligados a superar dicho control y, sobre todo, lo más indignante es que la sanción -260 euros- supera con creces la multa por no haber pasado la I.T.V. que es de 150 euros.
A pesar de que el joven reside a pocos kilómetros de la ciudad de Valencia, decidió recorrer 68 kilómetros para pasar de Utiel, su pueblo natal, a Motilla y pasar allí la I.T.V. como venía haciendo años atrás. Sin embargo, un decreto de la Consellería de Medio Ambiente establece estas normas para el control de ruido en los turismos desde 2004 y la ley establece que "tras el plazo de adaptación de las estaciones I.T.V., si uno de los vehículos sujetos al presente Decreto se sometiera a inspección técnica en una estación I.T.V. fuera de la Comunidad Valenciana, deberá someterse en el plazo de un mes a la comprobación de los niveles de emisión sonora en una estación radicada en la Comunidad Valenciana".

Por JCL / Fuente: El Mundo