Al parecer, el coche fue modificado hace 15 días. Su propietario comprobó a principios de esta semana que el indicador de gas marcaba mal el nivel, y que por tanto no sabía cuándo tenía que rellenar el depósito. Acudió entonces al taller instalador.
Este taller, Manusan, comprobó que había que sustituir el indicador de nivel de gas, y, por seguridad, decidió anular el dispositivo de GLP, cerrando una llave de paso, a la espera de recibir el recambio necesario para efectuar la reparación.
Esta mañana el propietario del taxi preguntó por si había llegado el recambio, a lo que el taller le contestó negativamente. Entonces, el propietario del taxi aseguró que iba a utilizar igualmente el sistema GLP, manipulando la válvula de gas que le habían dejado cerrada. Acudió así a repostar, y a los pocos minutos el coche estalló.
Con toda esta sucesión de datos y detalles en la mano, está claro que el problema está en una manipulación incorrecta del sistema de GLP, unida a una pieza defectuosa que no había sido sustituida. La testarudez del taxista por usar el dispositivo de GLP cuando el taller se lo había desactivado provocó el accidente, probablemente derivado de una sobre-presión a la hora de rellenar el depósito, o una manipulación incorrecta de las llaves de paso.
