Los aficionados británicos al mundo del motor acaban de perder su gran cita por excelencia, al menos para el año que viene. La Society of Motor Manufacturers and Traders, propietaria del Salón Británico del Automóvil, ha decidido cancelar su famoso evento bienal debido a la falta de interés mostrada tanto por el público como por los asistentes. Aunque ediciones pasadas consiguieron llenar la feria hasta la bandera, el año pasado fue un verdadero fracaso en asistencia, lo que unido a la crisis del sector, no ha dejado muchas alternativas a la organización.



Si sigues de cerca el circuito de exhibiciones internacionales, te habrás dado cuenta de que llevamos un año trufado. Varios de los principales fabricantes de la industria decidieron pasar olímpicamente de Detroit, el Salón de Tokio se encuentra en la cuerda floja, en Australia se ha cancelado el Salón de Sídney, Barcelona vive casi de puro milagro, y multitud de eventos nacionales de menor tamaño han desaparecido en las fauces de la crisis sin la menor posibilidad de salvación. Esperemos que al menos el próximo Salón de Frankfurt nos sirva para sacudirnos tanto pesimismo.

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