No, no es que lo diga yo, lo dice directa y claramente Ferrari en un comunicado que ha hecho público en su web, donde además expone su manera de ver el panorama actual de la Fórmula 1 desde un punto de vista de una escudería presente en la máxima competición desde hace muchos años.
En su comunicado, Ferrari achaca la salida de Toyota a una estratagema de Max Mosley contra las grandes constructoras automovilísticas, lo que ha provocado no solo la reciente salida de Toyota, sino también las ya comunicadas por parte de BMW y Bridgestone y hace un año la de Honda. Además añade que la salida de estas marcas no se ha visto tan influenciada por la crisis mundial tanto como se ha dicho.
Pero sin duda lo que más me gusta es la pregunta que se hace Ferrari y que sirve para terminar su comunicado: ¿Vamos a esperar a que ocurra lo mismo o tomamos la decisión de escribir el libro de la F1 con un final diferente?
Esta frase puede dar mucho que pensar, provocando que surjan de nuevo los recuerdos sobre la amenaza de una Fórmula 1 paralela a la organizada por la FIA, y también porqué no, una posible futura rebelión durante el transcurso de la próxima temporada tal y como pasó en esta. A continuación os dejo el comunicado de Ferrari traducido gracias a TheF1: Parece una parodia de “Diez indios pequeños”, la novela de Agatha Christie publicada por primera vez en el lejano 1939, pero la realidad es mucho más seria. La Fórmula 1 sigue perdiendo piezas fundamentales: en doce meses han anunciado su salida Honda, BMW, Bridgestone y, ahora, Toyota.
En cambio, por decirlo de algún modo, han llegado Manor, Lotus (el nombre, sólo eso, porque del equipo de Colin Chapman, Jim Clark y Ayrton Senna, por citar algunos, no queda mucho), USF1 y Campos Meta. ¿Creéis que es lo mismo? ¿Basta con ser la misma cantidad en torno a la mesa? No tanto. Además, todavía está por ver si el año próximo, en Bahrein, seremos de verdad tantos en la parrilla de salida de la primera carrera del 2010 y cuántos llegan al final del campeonato.
La realidad es que este continuo goteo de deserciones es el resultado de una lucha dirigida contra los grandes constructores automovilísticos, llevada a cabo por quien ha dirigido la F1 durante estos últimos años. Más, incluso, que de los efectos de la crisis económica.
En la novela de Agatha Christie el culpable se descubre sólo cuando todos los personajes han muerto; uno tras otro. ¿Vamos a esperar a que ocurra lo mismo o tomamos la decisión de escribir el libro de la F1 con un final diferente?
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