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Tercera iteración del concepto e-tron de Audi, y una vez más vamos a mejor. Si el primer modelo, el naranja, derivaba ampliamente de la estructura recordada de un R8, y la segunda variante aportaba pocas novedades con una bonita pintura roja, y la posibilidad de ser utilizada en el mundo real, esta tercera unidad todavía cambia más.

Y es que se vuelve más compacto, aunque conserva anchura y altura, lo que le da un aspecto potente, y ciertamente similar a lo que podría ser un TT eléctrico. El coche se queda en 3,93 metros de largo, con un peso de 1.350 kilogramos, repartido al 40% en el eje delantero y el 60% en el trasero.

La potencia se distribuye a las ruedas traseras exclusivamente, con sólo dos motores eléctricos, que suman un total de 204 caballos para lograr una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos. El 60-120 cae también en unos impresionantes 5,1 segundos, camino de la velocidad máxima limitada a 200 km/h.

Una faceta que sale perdiendo claramente es la tracción total inteligente, aunque se mantiene el control vectorial de la guiñada por medio de electrónica, con lo que la direccionalidad del vehículo está mucho más que fuera de toda duda.

La autonomía está asegurada sobre los 250 kilómetros de distancia, lo que no está nada mal. Parte de la mejora de autonomía viene dada gracias al uso de un arriesgado e innovador dispositivo de frenada, que combina la regeneración activa en el eje trasero y delantero, con unas pinzas de freno servohidráulicas que muerden discos en el eje frontal, sólo en el caso de que la deceleración necesaria sea muy elevada.

Obviamente, esto es un modelo conceptual, y no nos vamos a tirar al cuello de la fiabilidad del sistema, pero problemas legales y un feo recuerdo del Servotronic de Mercedes me hacen tener mis dudas sobre un sistema que, sobre el papel, es tremendamente más eficiente e inteligente que los frenos mecánicos con ayuda hidráulica que todos conocemos hoy en día.

La climatización del habitáculo tira de la ayuda de una bomba de calor, pues sin un motor de combustión al uso, no se puede aprovechar el calor sobrante en el radiador para calentar el ambiente. Este sistema de bomba de calor es además de extremada eficiencia energética.

Por último, Audi indica que conducir este coche es como manejar un kart, por el recorte en peso, en dimensiones, y la facilidad de cambio de dirección. La verdad es que es de aplaudir el esfuerzo instantáneo de la casa de los cuatro aros por convencernos de que la electricidad es el futuro, y nosotros recibiríamos mañana mismo con los brazos abiertos un pseudo R4 e-tron o TT e-tron como este para probarlo a fondo.

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