El Ministerio que dirige José Blanco pretende elevar la velocidad máxima de las vías de pago para que registren un mayor tránsito de vehículos y multipliquen su efecto dinamizador de la economía.

El verano de los radares aún guarda una sorpresa más. Los días en los que tocar los 133 kilómetros por hora en las vías de alta capacidad acarrea una sanción económica pueden estar cerca de terminar. Al menos, en las autopistas de peaje, porque el Ministerio de Fomento pretende elevar su límite de velocidad de circulación hasta los 140 kilómetros por hora, según han confirmado fuentes de la Administración a EXPANSIÓN.

El Departamento que dirige José Blanco "quiere aprobar" esta medida en aras de fortalecer las concesiones de peaje real. Esta modificación supondría un gran respiro ante la próxima aprobación de la modificación de la Ley sobre Tráfico, que permitirá sancionar a quienes conduzcan a sólo un kilómetro por hora más de lo permitido en la carretera (121 km/h en el caso de las autopistas). Actualmente la velocidad máxima exenta de sanción es 11 km/h superior.

Blanco "ya ha puesto el tema sobre la mesa [del Gobierno]", apuntan fuentes empresariales, aunque "las gestiones se encuentran en fases preliminares", añaden desde el Ejecutivo. "Alguna fórmula habrá que poner para establecer un plus, una ventaja, para el que se gasta el dinero en las autopistas de peaje", agregan miembros de la Administración impulsores de la idea.

Esta modificación sería muy positiva para las concesionarias de autopistas de peaje, ya que provocaría un aumento del tráfico y, por tanto, de los ingresos. Además, daría un incentivo a los conductores sin que el riesgo de accidente fuese superior al de otras carreteras, ya que estas vías de alta capacidad gozan de una gran seguridad.

Pero este acelerón dinamizador de los peajes, uno de los principales puntales económicos de España, no dependería sólo de Fomento, ya que las competencias de la Dirección General de Tráfico residen en el Ministerio de Interior "férreo defensor de limitar la velocidad para prevenir accidentes", que podría presionar en contra.

Según relatan fuentes cercanas, José Blanco está convencido de la idoneidad de la medida. Desde que llegó a Fomento, el nuevo ministro ha mostrado un gran interés en el sector concesionario y, en general, en las bondades económicas de las asociaciones público-privadas (APP).

Así, en plena operación salida de mitad de agosto y en plena campaña especial de control de velocidad, el férreo cerco recaudatorio al exceso de velocidad ha encontrado un nuevo adversario en su propio bando, aunque las dos doctrinas gubernamentales sobre tráfico son compatibles.

Por ahora, los expertos en infraestructuras están de parte de Fomento. "Desde un punto de vista económico la medida me parece bien, ya que a mismo precio por kilómetro los conductores obtendrían más valor por dinero, porque tardarían menos a igual precio", señala Andrés Rebollo, socio de Infraestructuras y APP de Deloitte.

"Por ejemplo, las [autopistas] radiales de Madrid se usan sobre todo para evitar atascos, pero si se incentivase la velocidad, como ya hacen otros países, el tráfico podría aumentar notablemente".

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