Incluso aunque todo fuera fácil y las cosas salieran bien a la primera, el sólo hecho de dedicar vuestro tiempo a organizar algo así ya merece un aplauso.
Si encima resulta que las cosas se complican, todo se tuerce y la faena se multiplica, el esfuerzo y la dedicación que mostráis no hay palabras en el castellano para agradecerlo.
Salga como salga (y saldrá bien): Muchas gracias.