No hay ninguna razón para que lo hagan en sus concesionarios. Al fin y al cabo, reprogramar el coche implica en la mayor parte de los casos una mayor demanda de potencia al mismo motor y por lo tanto una bajada de fiabilidad: mayores ventas para ellos en principio. Pero si quisieran hacerlo, por ejemplo porque la ley lo exigiera, sería coser y cantar. De hecho, acaban de reprogramar millones de coches con problemas de emisiones sin despeinarse.