Hombre, este caso en mi opinión de hecho refuerza la doctrina según la cual el dinero no debe devolverse en la mayoría de las demandas. El coche en cuestión fue promocionado desde el principio como un coche respetuoso con el medio ambiente por encima de ninguna otra característica. Desde el nombre a la estrategia comercial de este modelo, todo iba orientado a un público preocupado por el medio ambiente. De hecho, como dice la sentencia, ese era básicamente el único atractivo. Y dentro de esa estrategia comercial, iba el engaño. Es decir, atraes a un público preocupado por el medio ambiente y luego lo engañas.
En los otros casos en los que denegó la devolución del importe, no era el caso. Los coches evidentemente se anuncian como respetuosos con el medio ambiente porque está de moda y todos tienen que hacerlo, pero la estrategia de venta no iba por ahí. Te venden lo mucho que corre para lo que consume, el espacio, etc. Y no sólo eso, los jueces incluso han argumentado que el comprador no tenía un historial de alguien muy preocupado por el medio ambiente (miembro de organizaciones, alguien que va en bici a trabajar, etc).
Si te compras un todoterreno para andar por ciudad consumiendo un 20% más que el equivalente en berlina, por poner un ejemplo, te va a costar demostrar que ante todo estás preocupado por el medio ambiente y te sientes engañado.
Otra cosa es que el juez te compense, como ha hecho en otros casos, por una posible pérdida de potencia o de fiabilidad, pero eso no implica la devolución del importe de compra.